Ya hemos visto un poco de la vida y la
obra de Alejo Carpentier en un posteo anterior, hoy les traigo otra de sus
prestigiosas obas titulada El Recurso del método, pasemos sin más preámbulos a
la obra.
Trata de un
dictador de un país del Caribe que llego al poder por la fuerza ocupando el
puesto de Primer Magistrado de la nación como al él le gustaba autodenominarse,
al comienzo de la obra este se encuentra de paso por Europa específicamente Francia
ostenta un buen gusto por la cultura lee lo que está de moda, colecciona
pinturas de renombrados artistas y tiene conocimiento y buen gusto musical en especial
por la opera clásica. (Tras estos rasgos creo que Alejo Carpentier durante toda
la obra desnuda sus conocimientos culturales especialmente lo que más le
apasionaba que era la música.)
Siguiendo
con este personaje que tiene una hija ya instalada hace tiempo en Europa y que
se pasa viajando por esta para experimentar los diversos movimientos culturales
que ofrece el viejo mundo.
Durante su estadía
en Francia se produce en su país un alzamiento en su contra, este se ve en la
necesidad imperiosa de volver y sofocar a los grupos revolucionarios cosa que
logra empleando mucha crueldad y desatando la barbarie que quedarían al
descubierto por registros fotográficos que llegan a la prensa de su querida
Europa, luego de imponer el orden este regresa a Francia y todos los círculos donde
este se movía le dan la espalda por haberse revelado mediante la prensa que era
un cruel tirano así que se refugia en su casa a esperar que la difamación cese,
mientras espera otro acontecimiento lo saca de su estupor ya que en su país el
general que lo había ayudado a sofocar las revueltas se levanta junto a un
grupo de las fuerzas armadas y debe así el Magistrado volver a su país para
combatir este alzamiento cosa que logra sin mayor esfuerzo y decide embarcarse
nuevamente al viejo mundo ya cansado de su mala reputación acontece un hecho
que lo deja en un segundo plano y se les vuelven a abrir las puertas de la alta
sociedad francesa un acontecimiento tan magno como el desencadenamiento de la
guerra mundial, esta guerra fue crucial en su imagen por que demandaba muchos
suministros y el con su país se pone a la vanguardia para proveer a las tropas
europeas con su materia prima y primordial como el azúcar esto realza mucho su
imagen y además comienza a hacer rico y prospero a su país que comenzó a crecer
de una manera muy rápida reflejada en el cambio de una imagen de un pueblo
desarrollado a una gran ciudad, este para pasar a la inmortalidad proyecta la construcción
de un gran edificio público que cuente con todos los lujos y así con el país tan
prospero llega la noche de inauguración del edificio con gran cena y gala, este
debido a los festejos cambia el horario de su rutina debido al jolgorio que vivió
durante la noche y cuando se encontraba descansando suprimiendo su rutinario
baños matutino a la hora exacta en el que este se debía encontrar en la bañera
estalla una bomba en el baño destruyéndolo todo, lo salvo la borrachera de la
noche anterior confiesa y ese era el primer indicio de que algo grande se
estaba metiendo en su país nada más ni nada menos que las ideas comunistas
encabezadas por Lenin y Marx.
Al terminar
la guerra mundial y todavía en los albores del progreso un gran movimiento
cultural se metió en el país venían todas las estrellas de Europa que viendo
pobreza y desolación en el viejo continente desembarcaron buscando mejores
oportunidades en el prospero nuevo continente, toda la temporada de la opera se
estaba desarrollando con total normalidad hasta que se hicieron estallar
petardos en las funciones provocando asi el pánico en el publico debido a estos
atentados se decidió dar fin a la temporada y el primer Magistrado mando a
construir una gran prisión para albergar a los marxista que andaban metiéndoles
ideas a la gente se estaba finalizando ese proyecto cuando una mala noticio
puso en jaque el explendor económico que venía teniendo el país el precio del azúcar se desplomo en el mercado
internacional, el carnaval llego justo a tiempo para esconder un poco la crisis
pero vino con algo de fondo en el pleno paroxismo de la fiesta un grupo de
arlequines cubiertos por mascaras abrieron fuego contra la policía acompañados
por otros atentados perpetrados por otros grupos disfrazados produciéndose así
el llamado alzamiento revolucionario y así
la represión policial y militar invadió las calles para sofocar el desfile
quedando por disposición presidencial suspendido el carnaval y la prisión modelo
llena de mascaras.
Con el fin
de la guerra mundial también entro al país la invasión cultural yanqui, Hollywood
remplazo a las estrellas europeas y también cambio la literatura la música y el
arte, todos estaban fascinados por los nuevos inventos y al llegar la navidad bajo
protesta de los curas la cultura escandinava arraigada ya en los Estados Unidos
se metió en cada casa con un árbol nevado de navidad y un santa Claus que nadie
conocía y que lo relacionaban con san Nicolás que nunca tuvo nada que ver en su
vida con regalos y jugueterías. También vino el germen a instaurarse en las
escuelas donde se remplazo el francés por el ingles y más tarde llegando a las
pascuas entro al país la invención de la huelga, empezó por el paro insólito de
unos braceros en el ingenio América que se negaron a aceptar unos vales
canjeables por mercancías en pago de sus jornales. Pronto, el movimiento se extendió
a todos los centrales azucareros. Los guardias rurales, los guardias montados,
las guarniciones provincianas, fueron movilizados, pero nada podían contra
hombres que ni manifestaban ni alborotaban, que no alteraban el orden público,
sino que permanecían quietamente en los portales de sus viviendas, negados a
trabajar. Esta huelga fue ganada por el Magistrado, pero al poco tiempo
empezaron la suya los mineros, seguidos por los estibadores y los cargadores,
en el mapa de la República los brotes de rojez aparecían de repente, sin previo
anuncio, aquí y allá, en el Norte, en el Sur, nada podía detener esta epidemia,
de nada servían las amenazas de las autoridades, las gentes habían cobrado
conciencia de la tremenda fuerza de la inercia.
Se culpaba
de todo esto a un agitador denominado como El Estudiante, que sonaba más de la
cuenta, activo pero invisible, era el instigador, el organizador de todo
aquello y no andaba solo, eran muchos los que adoptaban sus tácticas. Era todo
un ejército embozado, móvil, inteligente, lleno de ocurrencias y de perfidia,
el que ahora actuaba en todas partes, para desorganizar lo organizado,
desarticular los mecanismos administrativos, tener las autoridades en perenne
sobresalto, y sobre todo, mantener un creciente clima de alarma. Aunque el
movimiento de liberación afirmaba que los extraños sucesos que inquietaban a la
ciudadanía no se debían a acciones comunistas. Los verdaderos revolucionarios
no son hombres de bochinches ni mariqueras.
Lo malo
pensaba el Primer Magistrado es que el pueblo atribuye al Estudiante cuanto
ocurre aquí y así se está volviendo un mito algo así como un Robin Hood y a la
gente les encantan esas historias, la gente lo veía como una suerte de
reformador combatiente, defensor de pobres, enemigo de ricos, azote de
corrompidos, recuperador de una nacionalidad alienada por el capitalismo. Y estaba
de malos ánimos el Primer Magistrado cuando llegó la sorpresiva noticia de que
el Estudiante, hallado donde menos podía estar, había caído preso tontamente,
sin resistencia ni gloria en una alcabala del sur donde dos guardias se habían extrañado
de que en una carreta de caña viajara un machetero sin callos en las manos.
En el
encuentro que tuvieron el Primer Magistrado y el Estudiante, hablaron sobre la revolución
y los atentados, negando el Estudiante que estos provinieran de su agrupación,
que ellos lo querían vivo para tumbarlo por un movimiento popular y para que no
recaiga el poder sobre un militar, finalizando la reunión el Primer Magistrado
le dio la opción de exilio al Estudiante el cual se negó y luego lo advirtió despidiéndolo
de que si no se iba en los siguientes días sería asesinado donde se lo
encontrara.
Y un día la
ciudad amaneció en silencio, se desato la huelga general y el mandatario
furioso mando a avisar reprimendas si no se abrían los locales dentro de dos horas, el pueblo hizo caso
omiso y el mandatario mando al ejército a ametrallar todas las vidrieras y el
pueblo siguió en silencio y las paredes amanecieron al otro día pintadas con
tizas con el lema “Que se vaya”, como estrategia el Magistrado fingió su muerte
haciendo correr la noticia y el pueblo salió feliz a la calle hacia una emboscada
donde el ejército lo reprimió a tiros avanzando sobre los cuerpos heridos y
sobre los muertos.
Y amaneció otro
día y esta vez despertó el Magistrado solo en el palacio acompañado por su
hombre de confianza y su concubina y recibió la visita de un cónsul norte
americano que le ofrecía como último
recurso una fuga hacia Europa y así disfrazado de herido escapo en una
ambulancia hacia el brazo protector de los Marines yanquis quienes aguardaban
instrucciones en la costa, se echo a descansar y al despertar se entero que su
hombre de confianza que lo había acompañado durante tantos años se había ido
con los revolucionarios y que siempre había sido un opositor filtrado en su más
intimo circulo y que era el artífice de las explosiones de petardos que
consternaban a todos en el palacio, por fin pudo escapar hacia Francia y allí rodeado
por un amigo, su hija y su concubina vivió sus últimos años deteriorándose poco
a poco hasta que los alcanzo la muerte.
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